Camellia Japonica

Camellia

Nombre vulgar: Camellia Japonica

Nombre cientifico: Horto Loureiro

Luz

Camelia prefiere la semisombra y en climas calurosos está mejor orientada al norte.
Temperatura

Camelia es resistente al frío, pero agradece un acolchado de hojarasca, paja, serrín, etc. al pie.
Riego

No le gusta pasar sed. Asegúrate de que el terreno drena bien y procura no regar la Camelia con agua calcárea.
Suelo

Camelia necesita un suelo con pH ácido. Si tu suelo no lo es, añádele una capa de tierra de brezo, tierra de castaño o turba rubia para acidificarlo.
Poda

Poda de Limpieza
Elimina los siguientes elementos indeseables, preferiblemente en invierno:
- Ramas muertas, secas o enfermas.
-Tocones secos (trozos de ramas que no tiene brotes y están secos).

- Rebrotes que hayan podido surgir desde la misma raíz (se les llaman sierpes).                          

- Rebrotes del pie del arbusto que sean débiles o mal situados y no nos interese que se desarrollen como rama del arbusto.

- Ramas cruzadas, mal orientadas o que enmarañan el arbusto. Se aclara el arbusto.
- Ramas que sobresalen mucho del arbusto por su exceso de vigor (se le llaman chupones).
- Flores y frutos pasados: afean y consumen energías del arbusto.
- Si es necesario, corrige la asimetría para mejorar la apariencia, por ejemplo, si está la copa descompensada.
Poda de Floración
No podes a la Camelia cuando tenga capullos. Despunta todos los ramos inmediatamente después de la floración, en primavera, a pulgares cortos de 2 ó 3 yemas laterales, es decir, cortando justo por encima de la segunda o tercera yema contada desde la inserción del brote. De estas yemas surgirán brotes que al año siguiente darán en la punta de los nuevos ramos una flor.
Si quieres flores más grandes aunque en menor cantidad, donde veas muchos capullos juntos por rama o brote, deja uno solo, retirándolos hacia el mes de noviembre (Hemisferio Norte).

Cultivo en interior
Como planta de interior el cultivo de la Camelia es difícil, puesto que no soporta las habitaciones cerradas con calefacción, pero con un ambiente fresco y muy húmedo, florecerá año tras año.
En interior es preferible colocar la Camelia sobre un plato con gravilla y agua y ponerla lejos de la calefacción, en la zona más fresca de la casa.
A partir de mayo, sácala al aire libre, pero resguardada del sol directo.
En interior no mover a la Camelia porque puede tirar los botones de flor antes de abrir.

Problemas de la Camelia
Plagas: pulgón, cochinilla, ácaros, gusano blanco (roen raíces) y gorgojo (Othiorrynchus sulcatus, escarabajo cuya larva destruye las raíces y el cuello).
Roya: hongo que se manifiesta por pequeños bultos en hojas. Evita su aparición haciendo pulverizaciones preventivas con caldo bordelés o algún fungicida.
Mancha plateada (Pestalotia güepini) provoca en las hojas de Camelia resquebrajamiento y caída.
Clorosis férrica: las hojas amarillean por la carencia de Hierro. Añade al terreno tierra de brezo, turba rubia o sulfato de hierro para acidificarlo y quelatos de Hierro o "reverdeciente anticlorosis" para aportarle el Hierro.
La clorosis o amarilleo puede ser también por asfixia o pudrición de las raíces. Recuerda que la camelia a parte de odiar los suelos alcalinos odia los encharcamientos.
El exceso de abonado rico en Nitrogeno hace que tire las hojas y se queman las puntas de las hojitas nuevas. Si te sucede esto, debes regar bien el substrato dejando que el exceso de nutrientes escurra con el agua.
A pleno sol en una terraza sin humedad ambiental hace que sus hojas mas tiernas se quemen por el sol. Recuerda que es una planta de media sombra. Se presenta a veces cuando se lleva al sol una Camelia que estaba en la sombra.